Mi destino, ser feliz.

Abro la caja de recuerdos y estás allí, tú y yo, nuestros momentos felices, un nosotros que prometía, no la eternidad pero sí algo bonito, algo que merecía la pena recordar, sea cual sea el final, tanto feliz como triste, pero supongo que hago mal en estar aquí, soy masoka, si lo sé pero es tan difícil entender que ya es hora de cambiar, tan difícil que se tiende más a sufrir y no sonreír. En verdad, si me paro a pensar, antes de tenerte conmigo, ya era feliz, ya era un 'yo' alegre, pero después de ti, me he acostumbrado a tener alguien a quién arrimarme ¿he hecho mal en querer un abrazo tuyo siempre que lo necesite? No, no creo que el fallo esté en eso, ni en mí pero tampoco en ti, creo que el fallo está en que si somos piezas a la espera de encajar, no debemos forzarnos el uno al otro, no debemos ser quién quiere el otro que seamos así que si soy un celoso de los que no quedan, tendré mis razones, las mismas por las que tú me importas pero las mismas por las que yo debo sonreír aunque cueste tanto como atrapar el humo con las manos.

Dulces sueños preciosas ganas de llorar, dulces sueños malditos impulsos suicidas y bienvenida seas esperanza en mis ojos y felicidad en mi corazón.