Sincerando mi ángel negro en estas
humildes palabras, rompiendo el frágil sueño que una la vida de la
muerte, abriendo el obsequio de Pandora y dejando mis fuerzas, regalo
mi aliento, regalo mi libertad a quién la desee, robando la
esperanza de mis entrañas y depositándola en un pozo sin fondo
donde yace mi corazón, mi alma y mi yo, ahora que mi gesto cansado
lo dice todo sobre mí, ahora que lágrimas fuera de mí dicen más
que intentos de expresión fallida, yo hoy dejo todo donde está para
ir contigo, y cogidos de la mano a un nuevo mañana, sin límite, sin
dolor, sin nada que no sea una historia llamada Tú y Yo.
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