Ángel que me ayudas a levantar,
sanador que curas mis heridas, ángel que llenas mis venas de fuerza
y sangre ígnea, verdugo de penas que bañas mi cara con tus cálidas
manos, vuelve a tu hogar, vuelve donde no pueda pedirte ayuda y
auxilio, desaparece de aquí que ahora las ganas las he de tener yo,
que en este camino viviré más allá de la existencia, ahora cogeré
del odio y el prejuicio hasta que muerdan el polvo y allá donde
queden mis lágrimas de niño pequeño llenas de falsas promesas
rotas y debilidad, vuélvete y cierra la puerta, aléjate de este
lugar donde descanses y seas otro, donde yo sea quién domine estas
tierras, que sea por favor, el soñador de estrellas y el pescador de
sirenas, ahora cometeré este pecado en nombre nuestro y por lo que
vivimos, por lo que soy y por lo que dejaré aquí una vez deje este
mundo arrancándome así de todo despojo que llevo bajo mi brazo.
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