Quiero, ante todo que nunca digas mi
nombre, ni mis defectos ni mis virtudes, porque esto será mi nuevo
principio, he renacido, no quiero vivir en el pasado y acepté que
estás en él, he podido sentir como en mis venas además de sangre,
ha circulado no rabia, sino dolor, dolor y odio a la vez por haberte
perdido y sé que del dolor se aprende, que de cada cicatriz saldrá
no quejas, ni cielo ni infierno, ni esperanzas ni condenas, mis mil
cadenas no te obligan a estar conmigo porque sé que te vas y yo
seguiré con mi camino, pero ojalá que no hoy, ni mañana pero sí
un día, antes de que suelte mi último aliento y mis fuerzas se
sequen, pueda verte sonreír, porque mi felicidad se basa no en los
golpes, sino en el vacío que dejas en mí.
No hay comentarios:
Publicar un comentario