No nos vamos a engañar, cuando estás
mal, dicen: No pasa nada, todo tiene su parte mal o anda y que le den
pero, yo no lo veo así porque a la mínima que ellos sean los
esclavos y yo el que ordene, veré en sus rostros el mismo dolor que
pasó por mi corazón y sí, no armamos de valor, eso lo sé pero una
sola palabra o simplemente un gesto, puede matarnos o darnos la vida,
porque somos como las figuritas esas que tenían nuestros abuelos o
las típicas hojas de otoño que al caer, todos pisan, por muchas
fuerzas que nos queden tras cada batalla de lágrimas, seremos como
niños pequeños ante adulto, presas para un cazador, seremos leones
de cristal.
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