Mis ganas de seguir son pocas, mis
ganas de mejorar se acaban, mis lágrimas ya secas, buscan un
sentido, mis manos con arena, se cansan de aguantar el aire entre
ellas, estoy aquí, perdido, entre tanta hipocresía, entre tanta
oscuridad, entre dolor y mil pesadillas, mi cabeza ya desiste, mi
corazón sigue adelante como un loco, pero dejo de aguantarlo, dejo
que vaya donde quiera, donde esté mejor, no soy nadie para
retenerlo, tanto sufrimiento me ha hecho sumergirme en la nada,
olvidar la luz, sin perdonar mis actos, mis caprichos y mis
sentimientos. Ya dejo que el dolor entre en mis venas, que sepa cuál
es mi propia debilidad, mi punto débil, ya no insisto en una cura,
ni en una salvación, pocas son mis ganas de seguir en un mar de
vanas ilusiones, decido la verdad, escojo la realidad, aunque sea
dura, prefiero eso, prefiero darme de hostias y reaccionar, prefiero
mirar al miedo de cara, ir hacia él y aún sin estar preparado del
todo, vencer a mis destinos, romper la cuna de mis mentiras y ser
quién en verdad he ganado ser, un perdido más en este negro
paraíso.
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