miércoles, 4 de abril de 2012

Don't say goodbye.


No es un adiós, no es un hasta siempre, ni siquiera un nunca más, es un hasta luego porque lo que de verdad nos une, no son los metros que estemos el uno al otro, ni las charlas que hagamos, ni mucho menos las tardes de lluvia que he pasado contigo, sé que esto no lo entenderás, sé que verás un poco tonto esto tan tarde pero, nunca quise esto, nunca quise separarme de ti, pero lo primero ante todo, es tu felicidad, el bienestar que aquí no encontrarás, mis manos con las tuyas estarán, no juntas pero si unidas por algo más, por algo que se ha formado en mí desde el día que te conocí, desde el momento en que te tuve en mis brazos, desde el instante en que pude ver tu pelo, tu piel, tus ojos, ese maldito peso que llevo encima y que me está matando, no por tu ausencia, sino por no ser más fuerte de lo que tengo que ser, he aquí mi última promesa, y es que estés donde estés, una parte tuya descansará en mí, y un trozo de mí estará contigo, quieras o no, nos une algo más que la misma familia a la que permanecemos. Se feliz y yo lo seré, y ahora, cuida y prométeme que harás todo lo demás para cumplir tus sueños y deja que mis demonios vayan conmigo, descansando de tanto dolor, a la espera de nuestro nuevo encuentro.

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